lunes, 28 de mayo de 2012

Perenne resignación

Listo, te olvidé!
(Y una canción te trae de vuelta en su moraleja).
Bueno, ahora sí: se acabó. 
(Y una mano invisible planta delante de mis narices todas esas cosas que me mostraste).
En fin... de una vez, me desprendo de vos. 
(Y la barrera detiene a mi auto frente a un grafitti de tu nombre en tamaño xxl).
Asumo que esto no es todo: a tu nombre gritado a viva voz en la madrugada por algún desconocido -y a todos esos pequeños guiños, casi insignificantes, que se empecinan en mantenerte presente- se sumarán otros más, cuando menos los espere, indeterminadamente.
Tengo tanto sueño! Presiento que otra vez, voy a soñar con vos.


Récord de recurrencia, Maga! Parece adrede: así vas a terminar olvidándote de la parte áspera.
Vos. Yo no.

lunes, 21 de mayo de 2012

Laissez faire my ass!

Ante la rayita intermitente sobre el fondo blanco, vacío; con sus ojos mirando sin ver y los dedos suspendidos sobre el teclado, La Maga espera. Que se aplaque la ira, que se acomoden las ideas, que bajen las pulsaciones, que cese la indignación. Le laten las sienes. Y es en estos momentos cuando reconsidera tomar clases de... algún deporte de alto impacto que justifique golpes y patadas. Que todo da igual. Que no importa porque a mí no me afecta. Que tu dios no es mi dios. Que humillarte es la norma. Que mi palabra es la que vale. Que esto es así en tanto a mí me convenga.


Maga, siéntate en la puerta a esperar y...

miércoles, 9 de mayo de 2012

Ese alguien

Primero soñó los rizos, cosa que más tarde se repitió un par de veces. Luego fueron los ojos (no tanto la forma, sino el brillo), y en alguna ocasión la boca y el mentón. Un día la risa; otro, un beso. Fue un tanto desconcertante soñar la voz, porque es algo muy difícil de describir (aunque podría resumirse en "calma"). Pero definitivamente, lo más extraño fue soñar el perfume y a continuación, ir caminando por las calles del centro: cuero, café, combustible, libros, él... y quedar perpleja. Por un tiempo, La Maga intentó poner todo junto, infructuosamente: piezas concisas, pero muy escasas. Por eso, menuda sorpresa la esperaba cuando en pleno otoño abrió la venta y ahí estaba.


La esquina que no doblamos, 
el libro que no leímos, 
la mujer que no amamos, 
el niño que perdimos...
La marea se lo lleva;
la marea lo trae.

jueves, 3 de mayo de 2012

À la carte

Como quien selecciona cuidadosamente un menú, así La Maga escruta sus opciones. Resigna el plato especial: ya no está disponible (aunque tal vez sólo se deba a que no es temporada). Se detiene apenas unos instantes en un bocadillo que le resulta muy familiar, pero los ingredientes se le antojan rancios, aún antes de saborearlos. La sugerencia del día es una novedosa preparación con componentes totalmente desconocidos: sería cuestión de probar algo nuevo, no? Lo que le llama poderosamente la atención es algo elaborado con complejos ingredientes -todos ellos de su agrado-; pero tras considerarlo unos instantes, decide que es algo demasiado complicado (y por ahora La Maga no quiere nada pesado). Tentador... pero no.


Creo que me voy a saltear la entrada y el plato principal. Espero el postre, mejor. No sé cuánto demore, pero lo espero.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Otro ayer

Sabías? Cada tanto, el tiempo se da vuelta, nos ve con cara de desconcertados y se apiada de nosotros: nos hace un guiño, o se inclina y nos cuenta un secreto.


La Maga se pegó una vuelta por esquinas insospechadas, se metió por calles vírgenes, y volvió a mirar su época de aprendiz pero con otros ojos, más gastados -y tal vez por eso, menos severos-. Confirmó lo increíblemente poderoso que es el tiempo y de una vez, entendió cabalmente lo fútil de preocuparse por nimiedades que se pierden en la inmensidad. 

El hechizo aún no se rompió, pero se soltaron un par de amarras... cada tanto sucede.