sábado, 31 de marzo de 2012

Problemas de interpretación

Secretamente, no dejo de compararlo. Prematuramente, confronto cada detalles que voy conociendo con ese otro universo que se aleja irremediablemente. Me doy cuenta; me regaño. Y cuando otra vez me topo con una pared de hostilidad, con aparentes desencanto y frustración al borde del berrinche (del cual se me señala mentora) me detengo y me percato de que estoy haciendo una mala lectura. No era superficial la charla, ni tampoco carecía de destino. Acá se confundió la pretendida displicencia acaso con una tardíamente superada timidez. Bien fingido desinterés cuando sólo ansiaba abrigo. Tal parece que esta vez, tenemos el mismo tablero.


Viste que no sos la única que se atrinchera, cava fosas y asegura el perímetro, Maga? Y mientras juegan a las escondida, el tiempo se diluye. Se les desgastan las estrategias; se pierden entren ruinas de tácticas buscando lo que ya tienen y no ven.
Ey! No te hagas la desentendida, Maga. Conmigo, no.

lunes, 19 de marzo de 2012

La fuente

Esa inexplicable noción de que no se fue... sólo pasó a otro plano y nos volveremos a ver. No es consuelo, ni duelo elaborado. Es certeza, imposible de verbalizar o fundamentar. Los esfuerzos de sacerdotes, psicólogos y películas por explicar hacia dónde vamos o qué sucede, son innecesarios. Me basta mi inconsciente seguridad de que esa canción tenía razón y no es adiós, sino hasta luego. Sólo eso, sin mayores detalles. Y así, las fotos son sólo un  recordatorio de que algo quedó pendiente y las anécdotas son apenas un prefacio de otras por venir.


Lo decís tan convencida, Maga, que no puedo menos que creerte. Después de todo, cuál es la fuente de la vida?

domingo, 11 de marzo de 2012

Todo eso

Las sombras se fueron alargando y un tímido dorado comenzó a acariciar los frutales donde La Maga solía pasar sus mañanas. Agoniza el estío entre lluvias y tristezas de augurios no consumados. Tan natural como el cambio de estaciones, La Maga siguió su camino, y a pesar de los intentos, su recuerdo la acompañó. No faltó ocasión en que fugazmente pensara que aunque el momento era perfecto, compartirlo con él le daría (otro) sentido.

Quiero eso que teníamos,
aún efímero e inconcluso.
Lo quiero aumentado,
completo y perpetuo.
Te quiero nuevamente a vos
preguntándome por mi día.
Te quiero nuevamente a vos
recostado sobre mi regazo.
Quiero las noches y los días,
las cosas nuevas que no conocía.
Quiero tu voz incesante
derramando colores de tu mundo.
Quiero tus mirada límpida
confirmando tus palabras
Te quiero a vos necesitándome
sólo para marcarme un rumbo.
Quiero todo eso que teníamos
y que tal vez aún tenemos...
en alguna vida simultánea
donde aún decimos buenas noches
y para no extrañarnos, nos soñamos.