miércoles, 26 de diciembre de 2012

Sabor a poco

Qué difícil es no atarlo y dejarlo libre, cuando es tan parecido a lo que esperaba, tan resumen de cada uno de los que no fueron. Qué necesidad de tentarme? Para qué derramar ambrosía? Y si el lugar que me deja (aún con cocuyos, aún con cotillón) es el de una más, para qué despertar... esto? Para qué provocar este hambre si nunca habrá banquete? Para qué los tequieros si sólo al umbral se me permite asomar? Por qué las condiciones, por qué la veda, cuando tengo tantas ganas de catarata y borbotón? 
Estaba yo tan bien, tan de nuevo en mi eje, tan curada del último espanto, y tenía que venir... a qué? Estaba él tan bien allá, tan en el pasado, olvidado y perdido en la memoria, y tenía que aparecer a coparlo todo. Es cruel. Supuse que podría manejarlo, pero evidentemente no: soy vulnerable a personas como él. Y es que esta historia se parece a otra. Por eso los caminos están marcados; por eso se corre sin dificultad por los carriles bien definidos; por eso va tan rápido y apenas empezando, ya estamos a mitad de camino. Ilógico, apresurado, descabellado... absurdo si se quiere. Imposible, o poco probable. Mi amor es lo que quiera, pero ahí esta para él. Si es verdad que todo el universo conspira, algo no está funcionando, porque él es lo único que quiero ahora , justo cuando se va alejando. 


Con todo lo difícil que pueda ser, Maga, lo más sensato es dejarlo libre (y no voy a repetir que te lo advertí, claro). Si aceptás su juego, vas a volver a ese lugar donde te encontré, sola y sin magia. Y no queremos eso, no? Ni vos ni yo.

martes, 18 de diciembre de 2012

En mí

Primero fue el recuerdo, y luego la palabra, muda aún. Más tarde fue la voz y finalmente, vos. En qué  momento me rendí? Con certeza no lo sé, pero ha de haber sido a medio camino entre alguno de los sutiles movimiento de placas tectónicas que provocaste. Si lo pienso, sos único -algo que compartís con muchos mortales-. Si no lo pienso, sos simplemente maravilloso, resultado del camino, de la vida que decanta y te deja acá, en mi puerta, desnudo porque no hay dobleces. Es en este momento cuando me gustaría volver a creer para tener a quién encomendarte, para tener a quién pedirle que te cuide y te guarde en su palma. No sé si serás todo para mí, y no sé si voy a ser tu todo, pero definitivamente, desde hoy, te llevo conmigo... Así estoy: jodida y radiante -como dijo el poeta- al filo de la incertidumbre por no saber si es auténtico lo que decís, si es verdad que me querés así como quiero amarte yo, casi indiscriminadamente, cuando tu asombro o tu incredulidad te permitan darme crédito.


Maga querida, yo sólo te veo jodidamente prendada. Y como yo sí creo, encomiendo tu alma: que la caída sea leve.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Y quiero todo

Cómo seguirte la corriente y mostrarte cuánto puedo darte sin comprometer la piel y el corazón? Porque yo no quiero estos mendrugos que me ofrecés disfrazados de banquete: yo lo quiero todo. Sin retazos ni momentos, te exijo completo, para mí, sin reservas. Es tan cruel contemplarte prodigar tu mundo desde el diminuto trampaluz que me dejás abierto: toda esa miel, todo ese fuego y arrebato que dejás adivinar es todo lo que ansío. No me conforman tus palabras ambiguas que ruegan amor, ni me alcanza con hacerte bien: ubicua, quiero llenar cada resquicio de tu mundo, lavarte las heridas hasta dejarte nuevo, y ser tu puente para sortear cada abismo, y ser tu muro para sostenerte en tu desaliento.
Incrédulo e inseguro, me preguntás una y otra vez si te amo: desde antes que llegaras. Hace vidas empecé a intuirte, y llevo vidas esperándote, pendiente de vos incluso en mis sueños. Y al fin, amor, llegaste a sacarme del letargo. Por eso, confiame todo lo que sos, y dejame despertar tus sentidos. Hoy quiero perderme en tus ojos, ese umbral sin retorno; quiero usurpar tu boca hasta que no queden besos por inventar. Quiero naufragar en tu cuerpo, sin brújula ni tiempo. Espiralados, abrasados, encajados, quiero perderme en el hechizo de tu estocada. Y agotarte, desbordarte, derramarte: te quiero esclavo de mi vientre; que saciarte sea imposible, que supliques más incluso cuando ya no quede nada. Quiero la combustión y la calma que tatúen tu sonrisa -ese paréntesis que amo- en tu cara y tu alma. Quiero ser tu sosiego.
Domador, no me des migajas cuando la puerta está abierta para que entres a habitarme...


Bueno... al menos ya sabemos quién ganó la batalla corazón versus razón. Hay que reconocer que esta vez supieron encantarte con mucha originalidad: nunca había escuchado argumentos a la vez tan ambiguos y elaborados. Chapeau! Ahora, Maga, bajá a la tierra que entre lo mortales alguien, seguro, te espera.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Como si nada, como si todo

Abatida, acongojada, triste. No me digas nada, Maga. Pero nada, eh? Ni una palabra, ni una queja, ni un pero... NADA. Yo te advertí. No me vengas con la pena a rastras, no me traigas pedacitos para que te los pegue. Te dije que en esta estación, no. Tenías que insistir, tenías que dejarte llevar. Y tenías que decirlo!! Cómo pudiste? Esas dos palabras no se pronuncian -ni se escriben, ni se piensan- tan ligeramente. Qué te enseñé, Maga? Lavate la cara, respirá hondo, y continuá, exactamente como venías. Aquí no ha pasado nada!


Será que esos caminos tan maravillosos no están destinados a unirse con los míos?

viernes, 7 de diciembre de 2012

Tiro de gracia

De todas las palabras, de todas las frases, de todos los improperios e injurias, de todos los halagos y piropos que podía decir (todo sonaría igualmente maravilloso de su boca)... de todas las posiblidades entre las cuales escoger, de todas la opciones disponibles, eligió decir "ME ENCANTÁS". 
Ouch!


Cuál es la gracia de repetir caminos y buscar idénticos horizontes, Maga? Si pensás seguir por ahí, esta vez no te acompaño (ni te espero para sacarte otras vez las espinas). Si vas por ahí, acordate que hay resortes secretos que no se deben activar.