No sé qué busco. En algún momento de cada madrugada, me descubro buscando... algo. Pero no sé, no perdí nada. Intento leer algún libro, pero me desconcentro. Pongo la radio y tarareo una melodía diferente a la que escucho. O enciendo la televisión para luego darme cuenta de que ha estado en un canal de televentas todo el tiempo. Repaso charlas, repaso fotos... Miro alrededor. Vuelvo a decirme que me hacen falta unas estanterías. Será eso? Reconsidero pintar de otro color las paredes. A lo lejos, escucho sirenas. Siempre en la madrugada, durante el día no sucede. Reviso la agenda, planifico al detalle... No sé qué busco, porque faltar, no veo que me falte nada.
Una voz? Algunas palabras comunes dichas de cierta manera, tan paticular? Algunos colores que nadie más tiene? Un par de ojos que te enseñaban a mirar distinto? O tal vez un reloj que simplemente marque el tiempo al revés? Me parece, Maga, que sabés muy bien lo que te falta. Huiste. Quedó trunco. Era bueno y lo esquivaste. Y no hay sortilegio que te lo devuelva. Si tan sólo ese pobre mortal pudiera captar tus señales... o vos dejar de enviarlas.
3 Conejos de la galera:
Huimos cuando tenemos miedo. Y quizá no es que falte una estantería, tal vez sobra miedo...
El drama de la existencia sería un título paralelo.
Concuerdo, Ricardo... Se repite en otros planos :-/
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Gracias por detenerte a leer. Gracias por tu tiempo y tus palabras. Bienvenido seas siempre!