Primero fue el recuerdo, y luego la palabra, muda aún. Más tarde fue la voz y finalmente, vos. En qué momento me rendí? Con certeza no lo sé, pero ha de haber sido a medio camino entre alguno de los sutiles movimiento de placas tectónicas que provocaste. Si lo pienso, sos único -algo que compartís con muchos mortales-. Si no lo pienso, sos simplemente maravilloso, resultado del camino, de la vida que decanta y te deja acá, en mi puerta, desnudo porque no hay dobleces. Es en este momento cuando me gustaría volver a creer para tener a quién encomendarte, para tener a quién pedirle que te cuide y te guarde en su palma. No sé si serás todo para mí, y no sé si voy a ser tu todo, pero definitivamente, desde hoy, te llevo conmigo... Así estoy: jodida y radiante -como dijo el poeta- al filo de la incertidumbre por no saber si es auténtico lo que decís, si es verdad que me querés así como quiero amarte yo, casi indiscriminadamente, cuando tu asombro o tu incredulidad te permitan darme crédito.
Maga querida, yo sólo te veo jodidamente prendada. Y como yo sí creo, encomiendo tu alma: que la caída sea leve.
3 Conejos de la galera:
Anónimo querido! Si hemos sobrevivido a este fin del mundo, todo es posible! Y si tengo que agradecer por algo este año, tus palabras siempre tan cálidas y positivas estarían en los primero puestos del ranking. Gracias gracias gracias! En un placer que alguien repare en mis palabras y -como si eso fuera poco- me haga devoluciones tan lindas.
Te deseo una Navidad mágica, como sólo los seres de luz como vos se merecen! Todo mi cariño!
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Gracias por detenerte a leer. Gracias por tu tiempo y tus palabras. Bienvenido seas siempre!